1. Ten un kit de emergencia.
Si hay hambre o ansiedad, ¡no corras a la maquinita de dulces! Guarda en tu cajón semillas de girasol, almendras, nueces y frutos secos. Éstos calmarán tu antojo y te llenarán de grasas buenas para tu corazón.
2. Perdónate
¿Cenaste alitas y cerveza? Calma. No por haber pecado un día, debes castigarte... Ni pecar al día siguiente. Desayuna yogurt griego con frutos rojos, café negro y listo. PD: No olvides tomar dos litros de agua al día para limpiar tu organismo.
3. Tú vs. el buffet
No son los enemigos y, de hecho, puedes comer casi de todo, pero el secreto para que no te engorde es servirte en un solo plato, dividido en proteínas, carbs, vegetales y frutas. ¡Sin papas fritas, eso sí!
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